El ajedrez no es un universo paralelo ni está encerrado en una burbuja. El siglo XX ha pasado y no volverá jamás. Pero sus grandes acontecimientos sobre el tablero de ajedrez merecen ser rescatados y valorados, en lo que fue, a su vez, lo peor y lo mejor de todos los tiempos. El ajedrez es una de las manifestaciones más bellas del juego que nos dio la vida y en él, en el mundo, está inscrita su obra y su historia.
 El libro no es sólo un reportaje: es también un homenaje a los intérpretes y protagonistas de estos acontecimientos, los ajedrecistas, cuyos principales buscadores del oro del ajedrez y magos del tablero de damasco, dejaron su huella con letras de fuego en la historia de la Rey de los juegos, a lo largo del siglo XX. No todos son héroes. Como en la vida, también hay actores de segunda categoría y antihéroes, algunos de los cuales nos dejaron creaciones estelares y memorables. Éste es el mundo y ésta es la naturaleza humana en su complejidad e interacción dialéctica.