A quien no le gusta el ajedrez romántico, no le gusta el ajedrez.
 ¿Quién no se conmueve, quién no se exalta, por ejemplo, por De Labourdonnais y su juego de los tres peones en la séptima, por el juego de Morphy en la ópera, por El inmortal y lo eterno de Anderssen o por La torre ingrávida de Steinitz (don 'No lo busques, el bautismo es mío) en Hastings, no puede, en mi opinión, ser un verdadero ajedrecista.
 En este libro, Álvaro Bermejo del Barrio, un auténtico ajedrecista, reúne esta colección de fotografías que realizó durante un safari por la sabana de los tableros de ajedrez del siglo XIX. Y lo hace con el gusto cuidadoso de un amante de la belleza y el conocimiento preciso del ajedrez de un jugador experimentado. Y, sobre todo, con el amor incondicional que todo ajedrecista debe tener por nuestra diosa Caissa.
 Así, el autor de la antología nos proporciona un mapa para reconstruir los cien años en los que el ajedrez se popularizó y estableció sus bases, tanto organizativas como teóricas y científicas, con Wilhelm Steinitz y su El instructor de ajedrez moderno como el referente nominal en la cultura popular. tradición, aunque la cuestión es más compleja.
 Por otra parte, el siglo XIX es el siglo que sienta las bases de la era moderna, registrándose, publicándose y comentando todas las partidas de un partido; El siglo del nacimiento de la primera columna de ajedrez en un periódico, de la creación de la primera revista de temática ajedrecística, de los primeros clubes dedicados exclusivamente a nuestro juego, del primer torneo internacional, de la institución del título de Campeón del Mundo. (de nuevo nuestro Steinitz) y de valorar el tiempo de razonamiento como un elemento competitivo fundamental.
 El viñedo es bueno y el enólogo Bermejo está a la altura. El resultado: una carta de vinos que no importa qué página abras; ofrece una copa con un bouquet tentador.
 Así pues, queridos lectores, os dejo en manos de Álvaro Bermejo del Barrio para que podáis comenzar vuestra visita a la centenaria bodega del siglo XIX y, sin miedo ni pudor, embriagaros con tanto talento como en los calados de aquella siglo de oro.
 José Luis Torrego
 Madrid, marzo de 2024.