¿Cómo conseguir que un juego tan complicado parezca sencillo? He consultado muchos libros de ajedrez. En la mayoría de ellos se facilitaba la tarea al aprendiz y, en tantos otros, al enseñante. ¿No sería posible sacar uno que sirviera para ambos? Tras muchas horas de escritura (y tachaduras), fui dándole forma a lo que quería mostrarles. ¿Cuántos padres y madres acuden a ver a sus hijos jugar partidas de ajedrez sin saber lo que hacen? ¿Cuántos monitores trabajan sin la guía correcta? ¿Cuántos alumnos se quedan con más ganas de jugar después de sus clases? ¿Y cuántos no entendieron la explicación del monitor? Poco antes de dar por finalizada la obra, quise comprobar si se podía ayudar a un sector tan amplio. La respuesta era afirmativa. Para ello, escogí a una persona que nunca había practicado ningún juego de mesa. Le di los apuntes de este libro antes de su edición. En dos semanas ya movía las piezas. Al cabo de un mes, ya jugaba partidas de ajedrez con cierta soltura. Y todo ello sin ningún tipo de ayuda externa, aparte del libro que ahora tienes en las manos. Por eso, ahora verás el ajedrez como ese juego sencillo que siempre te pareció tan complicado y lejano.